La situación se agrava en Extremadura con la confirmación de cinco nuevos casos de fiebre del Nilo Occidental, elevando a 17 el número de infectados en la región. Tres de los casos se registran en el área de Don Benito-Villanueva, mientras que los otros dos en Cáceres. Seis de los pacientes son asintomáticos, lo que genera preocupación en la población.
La gravedad de la situación se refleja en los ingresos en la UCI de dos varones de avanzada edad en el Hospital Universitario de Cáceres. Además, se han reportado otros ingresos y altas en diferentes hospitales de la región, mostrando la dispersión del virus en distintas áreas de salud.
Ante esta situación, la consejera de Salud y Servicios Sociales, Sara García Espada, ha llamado a la tranquilidad de la población y a la responsabilidad individual en la adopción de medidas preventivas como el uso de repelentes y el cuidado en evitar zonas con agua estancada.
En un esfuerzo conjunto, la Consejería de Salud y la de Agricultura trabajarán en estrategias para hacer frente a la situación. La colaboración con los alcaldes de los municipios más afectados será clave, por lo que se ha convocado una reunión para el próximo 4 de septiembre con el fin de establecer acciones coordinadas.
La solicitud de los alcaldes demuestra la preocupación en las localidades afectadas, por lo que tanto la Dirección General de Salud Pública como la de Agricultura se comprometen a tomar medidas concretas para controlar la propagación del virus.
El SES ha emitido recomendaciones para mantener en buenas condiciones los espacios que puedan ser criaderos de mosquitos, así como consejos sobre el cuidado personal para evitar picaduras. La instalación de mosquiteras en puertas y ventanas es una de las medidas preventivas sugeridas.
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