En Mérida, según datos del Hospital Casaverde Extremadura, se registran alrededor de 2.500 casos de ictus al año, una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores pero que también está en aumento entre la población más joven.
El 85 por ciento de las personas que sufren un ictus logran sobrevivir, pero un tercio de ellos necesitan rehabilitación intensiva para recuperar sus funciones motoras y cognitivas. Afortunadamente, un 70 por ciento de quienes reciben tratamiento neurorrehabilitador adecuado logran recuperar su independencia o necesitan mínimos cuidados.
En el marco del Día Mundial del Ictus, el Hospital Casaverde Extremadura organizó un evento el pasado martes con la presencia de la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y la consejera de Salud y Servicios Sociales, Sara García Espada. Juntos, soltaron globos naranjas, símbolo de la lucha contra esta enfermedad, y compartieron con pacientes, familiares y profesionales de la salud.
El director del hospital, Francisco Javier Rubio, resaltó la importancia de la prevención del ictus mediante un estilo de vida saludable y la reducción de factores de riesgo modificables, ya que entre el 80 y 90 por ciento de los casos se podrían evitar. Es por ello que Casaverde ha lanzado la campaña 'Independizarse' para concienciar sobre la importancia de recuperar la independencia personal tras superar la fase aguda de la enfermedad.
La campaña también destaca la necesidad de prevenir el ictus desde edades tempranas, dado que en los últimos años se ha observado un aumento del 25 por ciento en la prevalencia de la enfermedad entre personas de 20 a 64 años. Es fundamental brindar información a la sociedad sobre la prevención y la rehabilitación del ictus para reducir su impacto en la salud de la población.
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