Un reciente operativo de la Guardia Civil ha puesto en evidencia una preocupante práctica de caza furtiva en Monterrubio de la Serena, localidad de Badajoz. Las autoridades intervinieron un total de 134 ballestas empleadas para la captura de fauna silvestre, lo que resultó en la muerte de un lirón común y más de 20 aves de diversas especies. Este caso pone de manifiesto la necesidad urgente de proteger nuestra biodiversidad y el patrimonio natural.
El pasado 31 de diciembre, miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, junto con Guardas Rurales de Caza, detectaron a dos individuos que se comportaban de forma sospechosa en un coto de caza. Estos hombres estaban recogiendo en el suelo lo que parecían ser cepos de ballesta, hecho que generó las alertas necesarias para una inspección más detallada.
Los agentes, tras identificar a los dos vecinos de Monterrubio, realizaron una exhaustiva búsqueda en el área y encontraron un total de 134 trampas dispuestas para la captura de animales. Entre las víctimas de esta actividad clandestina se encontraban un lirón y 21 aves, delimitadas por la presencia de diez zorzales, tres mirlos, siete petirrojos y una curruca cabecinegra. Esta situación revela una clara violación de las normativas de protección de especies.
La Guardia Civil ha destacado en su comunicado que, aunque los zorzales son considerados especies de interés cinegético, el resto de las aves y el lirón se encuentran bajo la categoría de 'Interés Especial' en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura. Este hecho resalta la gravedad de las acciones de los implicados, quienes no solo infringen la ley, sino que también perjudican seriamente a la biodiversidad local.
Como resultado de las evidencias recopiladas, ambos individuos han sido citados ante el Juzgado de Instrucción de Castuera bajo cargos de un delito contra la flora y la fauna. Además, la Guardia Civil se encuentra actualmente investigando si las aves capturadas tenían un destino en el mercado negro o si eran para consumo personal, lo cual añade otra dimensión a esta alarmante situación.
Por último, la Guardia Civil recuerda que la caza de especies silvestres mediante métodos prohibidos, como el uso de ballestas no selectivas, es no solo ilegal, sino potencialmente devastadora para la fauna. Las consecuencias de tales acciones pueden acarrear penas de hasta dos años de prisión, subrayando la importancia de respetar las regulaciones que protegen nuestra rica diversidad natural.
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