El pasado 28 de septiembre, la Guardia Civil tomó medidas contra un ciudadano de Trasierra, en Badajoz, por presuntamente haber maltratado a una veintena de perros al cortarles las orejas. Además, también se investiga a un veterinario de Llerena, vecino del sospechoso, quien certificó haber realizado las amputaciones sin ninguna base.

Todo comenzó cuando los agentes del Seprona de la Guardia Civil de Fuente de Cantos inspeccionaron un supuesto núcleo zoológico en Usagre, propiedad del ciudadano de Trasierra. Allí encontraron 33 perros de rehala destinados a la caza, de los cuales 26 tenían las orejas cortadas. El propietario no pudo demostrar que esta práctica hubiera sido realizada de acuerdo a la ley, por un profesional capacitado.

Días después, el hombre presentó a los agentes un certificado emitido por un veterinario, donde se confirmaba que todas las amputaciones habían sido realizadas por él. Sin embargo, tras el análisis de la documentación, la Guardia Civil descubrió que había "irregularidades en los datos anotados en los certificados consignados, que no concordaban con los reales".

Es importante recordar que, desde febrero de 2018, la otectomía, es decir, la amputación de las orejas, está totalmente prohibida en animales de compañía tanto por razones de funcionalidad como de estética, según el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía.

Con todas las pruebas incriminatorias en su poder, la Guardia Civil instruyó diligencias al dueño de los perros por presunto maltrato animal y al veterinario por presunta falsedad documental, al intentar justificar las amputaciones de forma legal, lo cual resultó ser falso.

Estas diligencias han sido entregadas al Juzgado de Instrucción de Zafra.