La Archidiócesis de Mérida-Badajoz colabora activamente con las misiones en 19 países, contando actualmente con 43 misioneros en total, entre los cuales hay 27 mujeres y 16 hombres, incluyendo sacerdotes y religiosos. Estos misioneros se dedican a anunciar el Evangelio y ayudar a los más desfavorecidos. Además, gracias a la generosidad de las personas de la diócesis, se logró recaudar 166.065,29 euros para el Domund (Domingo Mundial de las Misiones) del año pasado. Esta jornada se celebrará el próximo domingo, día 22.
Desde 1926, se ha venido celebrando el Domingo Mundial de las Misiones el penúltimo domingo de octubre. Durante esta jornada, toda la Iglesia reza especialmente por la labor evangelizadora y se realiza una colecta específica para colaborar con los misioneros. Los fondos recaudados en el Domund se utilizan para sostener la presencia de la Iglesia en los 1.119 territorios de misión, ayudando a todas las diócesis misioneras por igual. La Iglesia emplea esta ayuda para atender las peticiones de los territorios de misión.
En la presentación de la jornada del Domund, llevada a cabo en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, estuvieron presentes el arzobispo Celso Morga, acompañado del delegado episcopal para la Cooperación Misionera, Federico Gragera, y el sacerdote Fernando Cintas, quien compartió su experiencia como misionero durante 40 años en Perú.
En su intervención, el arzobispo Celso Morga destacó la importancia de esta jornada para la Iglesia, invitando a volver la mirada hacia las misiones y reconocer la labor de los hombres y mujeres que predican el Evangelio y realizan una labor de desarrollo humano y social. Morga mencionó que los misioneros son personas "enamoradas de Jesucristo" que se han puesto en camino para llevar su mensaje por todo el mundo. Además, resaltó la labor "maravillosa" que realizan de forma callada y silenciosa, en contraste con el clima de guerras y divisiones que se vive actualmente en el mundo.
Por su parte, Federico Gragera subrayó la importancia de que las iglesias locales tomen ejemplo de la Iglesia misionera para trabajar en la transformación del odio en amor. Destacó también que el número de misioneros de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz ha ido disminuyendo debido a la falta de sacerdotes y vocaciones.
Finalmente, Fernando Cintas compartió su experiencia como misionero en Perú, destacando el duro ambiente en el que trabajó y la necesidad de apoyar a las personas que viven en situaciones inferiores a las nuestras. Cintas mencionó la labor de la Iglesia a través de Cáritas y las labores misioneras para ayudar y acompañar en situaciones dolorosas, como los terremotos y desastres naturales que afectan a la vida de las personas.
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