El 22 de marzo en Cáceres, un importante operativo de la Policía Nacional ha dado un golpe significativo al narcotráfico, al desmantelar un laboratorio clandestino dedicado a la producción de cocaína y detener a 11 sospechosos involucrados en una red criminal que operaba bajo la fachada de un negocio de pintura.
De acuerdo con la información suministrada por las autoridades, este grupo delictivo se hacía pasar por un equipo de pintores. Vestidos con monos de trabajo, utilizaban furgonetas cargadas de palés de materiales para camuflar el transporte de sustancias ilegales, logrando así pasar desapercibidos ante los controles policiacos.
La investigación comenzó a principios del año, cuando la Policía Nacional recibió información que apuntaba a un clan familiar que había establecido un laboratorio de producción de cocaína a gran escala en Cáceres. En el lugar, operaban un aguador y cinco 'cocineros' traídos de Colombia, quienes tenían la capacidad de procesar hasta 100 kilos de cocaína diarios.
La finca donde se llevaba a cabo esta actividad delictiva estaba equipada con extensas medidas de seguridad, incluyendo un acceso único y criaderos de gallos de pelea, los cuales funcionaban como un elemento de distracción para disimular su verdadero propósito. Además, contaban con un vigilante de seguridad que alertaba a los demás miembros de la organización en caso de advertir la presencia de las fuerzas del orden.
A medida que avanzaba la pesquisa, los agentes detectaron a principios de febrero una furgoneta de alquiler que había realizado un recorrido hasta un polígono industrial en Humanes, Madrid. Allí, un matrimonio que explotaba un bar desempeñaba un papel central en la gestión del laboratorio, utilizando su local como punto de encuentro y centro logístico para la operación.
Las indagaciones revelaron que un individuo, disfrazado de pintor y conduciendo tanto furgonetas de alquiler como su propio vehículo, transportaba tanto botes de pintura como herramientas. Este análisis llevó a los investigadores a sospechar que se trataba de un esquema para encubrir las actividades ilícitas y trasladar la droga desde el laboratorio a diversos destinos en la Comunidad de Madrid.
En uno de los traslados, se descubrió que la furgoneta estaba repleta de sustancias químicas utilizadas como precursores de la cocaína, lo que indicaba que la organización estaba lista para iniciar la producción.
Así, a finales de febrero, se llevó a cabo un operativo que incluyó a las fuerzas del Grupo Especial de Operaciones (GEO), quienes ingresaron al laboratorio. En su interior, encontraron a los cinco 'cocineros' trabajando incansablemente en turnos de 24 horas, así como al vigilante de seguridad, con las máquinas de producción en pleno funcionamiento.
Durante el registro, la policía confiscó una serie de equipamientos destinados a la elaboración de estupefacientes, incluyendo envasadoras, prensas y microondas, y logró incautar 450 litros de cocaína base disuelta en una sustancia líquida cuya composición está siendo analizada.
La Policía Nacional ha descrito el método utilizado por esta organización como un "sofisticado sistema de ocultación" que implicaría la separación de la cocaína base del líquido y su posterior clorhidratado para finalizar el proceso de producción.
Además, se confiscó un total de seis kilos de clorhidrato de cocaína ya elaborada, 55 kilos en proceso de secado, y 40 kilos de cocaína base en estado sólido, junto con 7,000 euros, una escopeta y munición.
Asimismo, se logró parar una furgoneta de alquiler que transportaba botes de pintura, uno de los cuales contenía dos kilos de cocaína escondidos.
Las once personas detenidas han sido presentadas ante la autoridad judicial, enfrentando cargos de pertenencia a un grupo criminal y delitos contra la salud pública. Como resultado, la juez ha ordenado el pronto encarcelamiento de diez de ellos.
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