La Central Nuclear de Almaraz comienza su penúltima recarga en la Unidad 2, reduciendo su plantilla en 200 trabajadores.
La Central Nuclear de Almaraz, ubicada en Cáceres, enfrenta un cambio significativo en su operativa, ya que ha dado inicio a su recarga número 29 en la unidad 2. Este proceso es particularmente relevante porque se aproxima el cierre definitivo de la planta, que está programado para finales de octubre de 2028.
Este domingo, 5 de octubre, a las 23:59 horas, comenzó la recarga de la unidad 2. A diferencia de las sesiones anteriores, en esta ocasión se ha contado con 200 trabajadores menos, reduciendo la plantilla de apoyo de los 1.200 extras habituales a un número significativamente inferior. Esta reducción refleja la inminente clausura de la planta y la consiguiente disminución de actividades a largo plazo que suelen acompañar a tales operaciones.
Conforme se acerca la fecha de cierre, se prevé que el número de empleos generados por la planta continuará disminuyendo año tras año. La Central ha confirmado que este ajuste en la contratación es una consecuencia directa de la planificación del cierre, lo que deja en el aire el futuro laboral de muchos en la región.
Durante los 33 días que se estima durará esta recarga, se llevarán a cabo tareas esenciales que incluyen la renovación de 60 elementos combustibles, así como el mantenimiento de la turbina de baja presión 2 y la revisión de sellos en las bombas de refrigeración. Estas labores son cruciales para asegurar el funcionamiento seguro de la instalación durante su último periodo operativo.
Además, se ha mencionado que la Central enfrenta un desafío económico de gran envergadura debido a un "castigo fiscal" que, según indican fuentes independientes, hace insostenible la continuidad de su actividad. Esto plantea serias interrogantes sobre el futuro de la infraestructura y su viabilidad en el contexto actual.
Se estima que el cierre de la Central Nuclear de Almaraz tendrá efectos devastadores en la región, con la pérdida de cerca de 4.000 empleos, tanto directos como indirectos. Este impacto promete aumentar la crisis económica y el fenómeno de despoblación en la zona del Campo Arañuelo, que ya enfrenta dificultades económicas.
Es relevante recordar que la unidad 1 de la planta comenzará su última recarga en marzo de 2026, con un cese que está programado para el 1 de noviembre de 2027. La Central está ya preparando la documentación necesaria para presentar al Consejo de Seguridad Nuclear sobre su cierre de operaciones, en cumplimiento con las normas vigentes.
Por último, la empresa Centrales Nucleares Almaraz-Trillo reafirma su compromiso de operación segura y eficiente, asegurando que seguirán produciendo energía hasta el último megavatio hora disponible en sus instalaciones. Sin embargo, el futuro de la planta y su impacto en la comunidad siguen siendo temas de gran preocupación.
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