La crisis en el sector de la lana ha llegado a su punto más álgido con el cierre de las fronteras chinas, lo que ha obligado a muchos ganaderos a destruir la lana de sus ovejas al no recibir compensación por ella. Juan Bonilla Polo, ganadero de Badajoz, ha expresado su frustración al no poder cobrar por la recogida de lana, lo que representa un duro golpe para su producción.
Este año, Bonilla se ha visto en la situación de tener que esquilar a sus animales sin obtener ningún beneficio, a pesar de los costos que implica este proceso. La lana, que solía suponer un extra en su economía, ahora se convierte en un problema más al no tener mercado para su venta.
Ante esta situación, Bonilla ha decidido dejar la lana acumulada hasta fin de año y, de no mejorar la situación del mercado, prefiere destruirla antes de permitir que otros se beneficien de su trabajo sin recibir una justa remuneración. Se siente abandonado por las multinacionales que han hundido los precios de manera injusta.
Por otro lado, el gerente de 'Comercial Ovinos', Francisco José Arias González, ha detallado la crisis que atraviesa el sector a raíz del cierre de las fronteras chinas. La empresa, que solía exportar gran parte de su producción a China, se encuentra con un excedente de lana del año pasado que no puede vender.
Esta situación ha llevado a la cooperativa a tener que almacenar grandes cantidades de lana y a enfrentarse a una caída drástica en los precios de este material. A pesar de exportar a otros países, la situación del mercado textil en España no es favorable y cada vez cuesta más vender la lana producida.
A pesar de la incertidumbre que rodea al sector, Arias González ha pedido paciencia a los ganaderos y ha asegurado que la cooperativa seguirá recogiendo la lana de todos sus socios, esperando a que la apertura del mercado chino pueda ofrecer nuevas oportunidades para la industria lanera.
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